«Ya no te quiero», dije en un desliz de guión. «Ya no te quiero» y mi corazón, ejerciendo como siempre de fiel apuntador, interrumpió a todo trapo en la acción, y me recordó que no hay ni luces, ni cámara, ni acción, sin que él, el puñetero director de mi vida, así lo decida.
Va a costar, como decía la canción, hacer ver que no hay dolor, que todo sigue igual, que no echo de menos tu carita al despertar y tu sonrisa irresistible al hablar. Va a costar fingir que puedo vivir sin ti, olvidar tu nombre y tu apellido, volver a ser solamente cordiales desconocidos, que es lo que siempre debimos haber sido. Va a costar olvidarme de los juegos, de cómo creí poder acercarme a tu fuego sin quemarme, de cómo te conocí para ahora tener que olvidarte, de todos tus matices que te empeñabas en convertir en escala de grises para no destacar ante quienes temes que pudieran atacarte.
Va a costar, pero te tendré que olvidar. Tendré que convencer a mi corazón de que, efectivamente, ya no te quiero, de que esto no es un hasta luego, sino un adiós definitivo. Va a costar sortear este nuevo abismo, y, sin embargo, lo tendré que lograr.
CC-By-Sa 4.0 Pablo Marcos
Foto:
Photo by Ed Leszczynskl on Unsplash
Deja una respuesta