Donde combatí mis fantasmas
y fui parte de otro mundo.
Aquel lugar tan lejos de España,
sin puentes a casa,
con silencios rotundos.
Allí donde me agarré a Perales
para beber de mi tierra querida.
Donde me salvó más de una vez
el canto agrio y seco de las Sabinas.
Ahora, esa tierra, quemada,
es cenizas en el aire,
es pastos de la nada,
es trampa mortal,
escenario de nadie.
Pues una falta de vida,
una carencia presente.
Pues una presencia furtiva,
que quema y mata, fauna y gente,
tornando, fatalidad maldita,
ese cielo en seco lodo,
resto de lo que aún destruye,
Fuego que arrambla con todo.
Marca de agua
Basado en un verso de dondaniofficial
@mdagua (IG) y JuanMa Sánchez-Ortiz Álvarez (Fb).
Ilustración: Photo by Bjørn Tore Økland on Unsplash
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