Ayer decías que la apariencia no importaba,
que lo esencial era la verdad, ir de frente,
que entre tanta mentira de la gente
lo que importaba era serle fiel
a lo que tu auténtica esencia conformaba.
Ayer decías que la apariencia no importaba,
que eras tú y solo tú antes los demás,
que entre tantos bulos y rumores
tan solo tú, tus palabras y valores
al mundo lo auténtico y pleno mostrabais.
Hoy sobre un palacio de apariencias
has construido una lujosa existencia;
hoy sobre el más mimado postureo
has construido tu palacio de ensueño,
colosal compendio de medias verdades
y mentiras podridas.
Hoy triunfas sobre los demás con contundente
presencia;
Hoy pisas a prójimos y rivales con exultante
persistencia;
hoy sonríes y alardeas
mientras
tus viejas palabras
hierven en mi memoria.
Triste es la experiencia
de comprobar cómo los buenos propósitos
de juventud
caen en el olvido de la existencia,
yacen en el fondo más miserable
del depósito
de cadáveres mentales
de cada uno de nosotros.
Escrito a partir de Ayer decías que la apariencia no importaba (@elennaa_24)
Imagen: Photo by Simon Matzinger on Unsplash
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