Arde la vida golpeando mis talones,
se muere la pena
en la soledad del presente,
ríen las llamas
de tantas brujas quemadas,
surcan el cielo de Madrid
las cenizas de una infancia ya quemada,
en la hoguera del silencio
se calcinan las palabras no pronunciadas
que, una vez más
abrasan mi garganta,
pero a pesar de tanto fuego
siempre estás tú
a la orilla de la chimenea.
@escribiendotunombre
Foto: Ídem
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