Cuando el viento siente la cabeza cerraré yo mi boca. Cuando no quede ya luz lucharé por encender una chispa. Como un tren desbocado destinado a caerse por un precipicio; como un loco, un gallito, un idiota, un simple monito.
Pegajoso como el azúcar y amargo como el cianuro, tinta azul que corre por mis venas; arcoíris a veces, tan gris siempre. Fugaz como las estrellas, constante si me lo pides; cansado, despierto, hiperactivo, vago. Como un cactus que arrancó sus espinas, como una rosa que perdió a su Principito; así soy yo.
Pablo Marcos (https://pixelfed.social/pablomarcos)
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