Entre las palabras de odio, amor,
miedo, atrevimiento, alegría,
tristeza, locura y llanto, he aquí
un verso dedicado al viento,
a la esperanza, al trabajo,
y a la pared de mi cuarto.
Sin saber lo que escribo,
ni tan siquiera lo que pienso,
intento componer versos,
perdiendo entre su sinfonía
mis palabras y así,
regalar música.
De la misma manera que los pianos
toman dos manos y hacen frontera,
volátil, con el arte: razón y ebriedad,
mis dos manos toman ideas
y comienzan un viaje (esto dicho aparte –
-entre realidad y fantasía).
Anónimo
Foto: Creative Commons (subida por Monica Liu)
!Felicidades por el poema¡ Muy apropiado para dar comienzo a esta nueva etapa de renovación de la poesía en la que os embarcáis. Yo con pasión y sin duda os leeré. Ánimo.
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